domingo, 19 de enero de 2014

Juán de Padilla



Juan de Padilla (Toledo, 1490 - Villalar, Valladolid, 24 de abril de 1521) fue un hidalgo y revolucionario castellano, conocido por su participación en la Guerra de las Comunidades de Castilla.

Juan de Padilla nació en el seno de una familia hidalga toledana el 10 de noviembre de 1490. Acuerdan su matrimonio con María Pacheco, de la noble (familia de los Mendoza) (de rango superior al suyo; más tarde fueron nombrados (grandes de España). Contrajeron matrimonio en Granada el 18 de agosto de 1511, cuando él tenía veinte años y María quince.

Al morir su padre en 1518, le sucede en el cargo de capitán de la milicia de Toledo, a donde se traslada el matrimonio. Probablemente enojado porque el rey Carlos I no le concedió un cargo al que creía tener derecho hereditario, y tal vez instigado por su mujer, se unió a los descontentos con el monarca en 1520 y se opuso a la concesión del servicio que el rey pedía a las Cortes de Castilla para financiar sus campañas en Europa.

Desde abril de 1520, Padilla formaba parte activa en el levantamiento de las Comunidades en Toledo. A continuación, acude con las milicias toledanas en auxilio de Segovia para, junto a las milicias mandadas por Juan Bravo, regidor de Segovia, los hermanos Maldonado de Salamanca, los Guzmán de León y el obispo Antonio de Acuña de Zamora, combatir las fuerzas realistas al mando de Rodrigo Ronquillo. El 29 de julio de 1520 se constituye en Ávila la Junta de Comuneros, siendo nombrado capitán general de las tropas comuneras. Como tal, participó en las entrevistas con la reina Juana, recluida en Tordesillas, de la que no se consiguió un apoyo explícito a su causa, pero les dijo: "Avisadme de todo y castigad a los malos, que en verdad os tengo mucha obligación." Los malos eran los flamencos, se entiende.

Los realistas reunieron dos ejércitos, el de Burgos y el de Tordesillas, y se lanzaron contra Torrelobatón. Padilla abandonó el castillo para refugiarse en Toro, pero no le dio tiempo a llegar: el 23 de abril el ejército real le alcanzó junto a Villalar. Fue una derrota sin contemplaciones, pues no dio tiempo a que el ejército comunero se organizara, siendo arrasado por la caballería realista. A las pocas horas, bajo una inclemente lluvia, el conde de Haro proclamaba la victoria sobre un campo sembrado de miles de cadáveres.
Juan de Padilla fue hecho prisionero y conducido a Villalar, donde fue decapitado al día siguiente (24 de abril de 1521). Con él fueron ajusticiados Juan Bravo y Francisco Maldonado, los tres líderes que se habían entrevistado con la reina y conseguido su apoyo. Cuenta la tradición que en la madrugada del 24 de abril, en el momento en el que iban a ser decapitados el segoviano Juan Bravo y el toledano Juan Padilla, éste último, antes de subir al cadalso, dijo a Juan Bravo:
"Señor Bravo: ayer era día de pelear como caballero... hoy es día de morir como cristiano"
Ante esto, el segoviano pidió ser ejecutado antes que su camarada "para no ver la muerte de tan buen caballero". Horas más tarde fue decapitado el salmantino Francisco Maldonado.
A diferencia de los restos de Bravo y de Maldonado, que fueron trasladados a Segovia y Salamanca, respectivamente, donde fueron sepultados, los de Padilla fueron trasladados "provisionalmente" al monasterio de La Mejorada (Olmedo) y nunca volvieron a Toledo, probablemente como venganza del rey ante la persistencia de la rebelión en Toledo, de la mano de María Pacheco.

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